En el mes de noviembre del año 2020, cuando la humanidad por el Coronavirus se amoldaba a un nuevo estilo de vida, en la red, un modesto grupo de amigos y hermanos cada semana se reunía para recordar a quien fuera su amigo, pastor y guía.
Cada reunión fue un momento grato en el que tantos y tantos recuerdos con sencillez afloraron y sin distinción a más de uno sumergió en una época dorada donde todo era distinto y lo más valioso para todos era nuestro añorado encuentro.
Unas veces fue en la sala otras en el aposento alto, algunas otras en Betel o en la casita El Ensueño, o simplemente en el Jardín o en la Capilla del silencio donde aprendimos a orar y a meditar en el secreto.
Numerosas historias afloraron con el pasar del tiempo, cada uno desde su experiencia compartió sus recuerdos.